EL CONTACTO
El concepto de "contacto" en Biodanza , se refiere a la unión de dos o más
sistemas para permitir el flujo de información. La conducción de señales de un
sistema a otro se produce por continuidad y no por simple contigüidad.
A pesar de que las características de los
distintos tipos de contacto entre seres humanos son diferentes (táctil, verbal
o visual), en ellos se transmite un mensaje emocional semejante. Esta
circunstancia permite que se ejerzan distintos niveles de comunicación que van
desde la simple información hasta la comunión afectuosa y la comunión
telepática.
La biología del contacto humano es muy
compleja, ya que involucra emisión de estímulos, receptores y un circuito en feed-back.
Esto permite crear respuestas a todo nivel del organismo (cognitivos,
neurovegetativos, inmunológicos y endocrinos).
El contacto permite la conexión con la
energía de la vida que es de naturaleza cósmica y cuya repercusión en las
personas que participan tiene efectos múltiples, desde reacciones químicas y
eléctricas de los neurotransmisores y procesos de conducción neurológica, hasta
la fecundación de la vida con la vida.
LA CARICIA
Caricia es una expresión de afecto mediante
el contacto corporal y cuya condición esencial es un balance entre el deseo de
darla y el deseo de recibirla.
La caricia tiene dimensiones orgánicas y existenciales.
Cuando no existe receptividad para las caricias, en realidad se trata de un
monólogo, en que los mensajes emitidos no tienen respuesta ni significación en
el otro.
La esencia de la caricia es el
establecimiento de un circuito de ida y vuelta entre los individuos, un diálogo
corporal que alcanza distintos grados de intensidad.
Siendo la caricia un proceso tan profundo de
movilización y transformación, constituye el instrumento más efectivo para la
inducción de cambios integradores, al conectar la energía de la vida con el
otro y con el universo.
EFECTOS DEL CONTACTO A NIVEL ORGÁNICO Y EXISTENCIAL
Los efectos neurofisiológicos de la caricia
han sido estudiados por René Spitz en niños hospitalizados. Las investigaciones
de Spitz representaron una revolución en pediatría.
Nuevas investigaciones demostraron que las
caricias activan el sistema cardiorrespiratorio, disuelven las tensiones
motoras crónicas de defensa y refuerzan el sistema inmunitario.
En el aspecto psicológico las caricias
disminuyen la represión sexual y las tendencias al autoritarismo (W. Reich).
Otros efectos notables son la expresión de la
identidad y el aumento de la autoestima.
La caricia contribuye, también, a la
producción de hormonas sexuales y a la maduración de la sexualidad.